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En septiembre de 2006 pude cumplir aquel sueño que compartí con mi padre Lino Silvano: conocer dónde había nacido y se había criado.
Un sólo detalle, no pude ir con él, porque hacía ya diez años que se había ido.
Estoy seguro que si hubiera estado vivo, se habría asombrado tanto como yo sobre la historia que nos esperaba en Brazzà sobre la impronta que su familia dejó grabada para el futuro
Papá, espero que desde allá arriba puedas ver este homenaje que empezó con mi viaje. |